CUARTA SEMANA: Relaciones

Semana 4 (15/03-21/03)

Como indiqué en el post de la anterior semana, el equipo multiprofesional con el que trabajo en el I.E.S Al-Guadaira está compuesto por cuatro orientadoras, una de ellas es a la vez la directora del centro, por lo que muchas decisiones pasan por ella antes de que se lleven a cabo. En las cuestiones de orientación educativa Mónica (directora y orientadora) y Montse (orientadora), son las que guían en algunas cuestiones a Nieves, la sustituta de una de las orientadoras. Esto ocurre porque al ser nueva no conoce como las dos primeras el material con el que cuenta el centro, la forma de proceder del mismo para algunos protocolos de actuación o la historia de cada estudiante y familia con el que trate.

Después nos situaríamos las alumnas de prácticas y la nueva orientadora, Elena. Aunque esta última forma parte del equipo multiprofesional, su labor consta en realizar tareas muy concretas, como una escuela de familia, con el visto bueno de la directora. Algo similar a lo que mi compañera y yo nos dedicamos en el centro. Otra diferencia notable es que Elena tiene unas tareas concretas, mientras que mi compañera y yo nos ajustamos a la demanda y necesidades que se nos presente cada día.

En cuanto a las cuestiones de dirección del centro, el despacho de Mónica está constantemente atendiendo tanto a la jefa de estudios, como a docentes y estudiantes.

A continuación dejo un esquema de cómo quedaría la jerarquía dentro del equipo de Orientación Educativa en función de antigüedad en el centro y de las responsabilidades que tiene:




Por otro lado, el papel de la familia está representado a través del A.M.P.A, con quienes se reúnen las orientadoras en algunas ocasiones, además de las reuniones particulares que puedan solicitar con las orientadoras para hablar de cuestiones concretas sobre sus hijos/as. Además, al centro educativo no vienen personas voluntarias a excepción de algunas actividades que involucran a antiguos estudiantes del centro que, debido a la situación actual, se han quedado paralizadas.

En cuanto a los posibles problemas que surgen, cuando ocurre algo relativo al alumnado, la orientadora encargada del curso al que pertenezca el estudiante tiene una reunión con el o la adolescente, si es necesario también con la familia, y seguidamente se consulta primero a la directora y después se pone en marcha el protocolo en cuestión (en casos de bullying, cambio de nombre en el centro, etc.), se establecen una serie de actividades para trabajar con el alumnado o se pone en marcha una evaluación psicopedagógica (en el caso por ejemplo de detección de alumnado con altas capacidades).

A su vez, cada orientadora se encarga de contactar con las personas necesarias para trabajar en el caso de cada estudiante, como son las familias o con otros profesionales ajenos al centro, como Salud Mental, gabinetes psicopedagógicos o incluso la policía. En el caso de que el problema surja a nivel de profesorado este se le comunica a la directora.

Para finalizar, cabe destacar que el clima de trabajo entre las profesiones del departamento de orientación es muy buena, de cordialidad y trabajo en equipo. La relación entre dicho departamento y el resto de docentes es también adecuada para solventar los problemas que puedan surgir con los estudiantes. Por último, relación que existe entre los y las adolescentes y las orientadoras es bastante positiva, ya que he observado que los primeros acuden con bastante frecuencia y confianza a ellas (a veces son los tutores/as quienes derivan a los estudiantes a las orientadoras), tanto para consultas sobre aspectos académicos (cambios en el rendimiento, organización del estudio, problemas concretos con docentes), como para aspectos más personales (relaciones entre los iguales, problemas en casa, etc.)